La rehabilitación de La Conservera
Si miramos el edificio y la arquitectura de La Conservera es un proyecto de rehabilitación donde se plantean unas estrategias de intervención donde existen las premisas de identidad, huellas, memoria colectiva y una mirada claramente hacia el futuro.
El edificio original, una fábrica conservera en desuso fue en su día un centro económico y social dentro de un municipio de pequeñas dimensiones, teniendo por lo tanto en este edificio un hito del pasado industrial de la localidad, acentuado por la existencia un elemento vertical de notable elaboración como son las grandes chimeneas de ladrillo que aun ser conservan no solo aquí, sino en distintas partes de la Murcia de la industria alimenticia de hace décadas.
Los puntos críticos de la intervención por lo tanto radican en el mantenimiento de una visión colectiva, manteniendo la Huella de la Memoria del Lugar, además se ha procurado un proyecto de actuación arquitectónica mínima y rápida, con un gran análisis constructivo que ha ido a favor de los intereses económicos del promotor y de los tiempos de ejecución.
Una de las características fundamentales del concepto visual de estos tipos de edificios, cuyos puntos fuertes en la arquitectura industrial radica en una generación de espacios por acumulación y conexión de naves según usos, aglutinando la idea unitaria del conjunto gracias a un sistema constructivo potente y común en todos ellos.
La solución constructiva adoptada para la rehabilitación y diseño del interior con ayuda del estudio de interiorismo Uper Desing (Más información aquí) consiste en el diseño de una piel y estructura ligera superpuesta a modo de vestimenta como haría la ropa al cuerpo, de este modo la visión directa de los sistemas cambia, se vuelve contemporáneo sin la necesidad de destruir o sustituir los elementos anteriores, y al mismo tiempo, respetando los espacios abiertos, las interacciones entre áreas de tal modo que la idea espacial del conjunto queda intacta y por lo tanto conceptualmente originaria. Las estructuras aprovechables de las naves se han aprovechado, y los muros conservados, siendo la piel, una cobertura que permitiría la reversibilidad del conjunto con un impacto mínimo.
El arquitecto muestra interés en la relación del exterior y el interior, el exceso soleamiento de estas tierras durante gran parte del año, transiciones estudiadas y resueltas con umbrales, espacios donde la luz cambia o se ausenta que diferencia una transición de espacios, a modo de cambio de las condiciones que sirven para delimitar espacios sin necesidad de barreras, “los auténticos artífices de la comprensión del conjunto como una unidad acotando la intervención y creando el nexo de unión entre patios y naves”. Elementos fabricadas y diseñadas de forma autónoma e independiente, como el elemento extraño e innovador que plantean las nuevas direcciones de recorrido.
Es por todo ello por lo que este edificio ha sido galardonado con el premio especial a la divulgación a los Premios de Arquitectura de la Región de Murcia.
Un edificio que vuelve a revivir su carácter icónico gracias al cambio de usos obligado cuando el paso del tiempo cambia los estilos de vida, los sistemas comerciales y en definitiva la forma de ser de un lugar, que se enfrenta al paso del tiempo mirando el futuro, recordando de donde viene, sabedor que la herencia es la base (en este caso literal) de un nuevo porvenir.