Carsharing y otras tendencias en ahorro en transporte, ¿en qué consisten?


El ahorro en el sector del transporte y sus tendencias

Uno de los pilares de la revolución tecnológica está fundamentado en ofrecer servicios mejores, más económicos y más rápidos. El sector del transporte está sujeto no solo a esos criterios, sino también a otros como pueden ser el ecológico (relacionados con los vehículos eléctricos o el carsharing) y el funcional (movimiento y parking en las ciudades). Atendiendo a estos criterios podemos ver como todas las grandes compañías se esmeran en aportar valor y ahorro en sus servicios a todos sus clientes, y a ser posible con una gran presencia online focalizada en los dispositivos móviles.

Una de estas compañías relacionadas con el parking es Empark, una empresa con presencia internacional que desde hace años viene innovando con diversos servicios que facilitan la contratación y la visibilidad de las plazas de parking en diversas ciudades del mundo entero. A este tipo de empresa con fuerte presencia consolidada se le unen otras de más o menos reciente aparición que buscan aportar valor añadido al uso de la tecnología en el transporte. Entre otras se pueden citar Uber, cuya implantación en el mundo entero no está exenta de polémica dependiendo de lo regulado que se encuentre el sector del Taxi, Google Maps , conocida aplicación de Google utilizada como navegador por una gran cantidad de usuarios de smartphones, o  BlaBlaCar, una aplicación conocida por todos a los que les gusta ahorrar dinero compartiendo coche. Estas aplicaciones, y el servicio de uso compartido de vehículos, son los proyectos que más tirón tienen en este 2017, y no es casual, añaden ahorro y comodidad al transporte de usuarios, sobre todo dentro de las grandes ciudades.

El denominado carsharing consiste en un modelo de alquiler de automóviles por el que el usuario utiliza dichos vehículos durante periodos cortos de tiempo, normalmente por horas, pagando solo por tiempo de uso y kilómetros realizados. Enfocado a clientes que solamente necesiten un uso puntual de un coche, conforma una perspectiva diferente frente al tradicional modelo de alquiler de vehículos, donde suele contratarse por días completos.

vehiculos compartidos pequeños

Vía frost.com

Esta posibilidad de alquilar un vehículo por tiempo parcial reducido se ha visto muy beneficiada por la agilidad que supone la utilización de tecnologías informáticas en todos los sectores. Por eso, las distintas empresas que organizan y ofrecen estos servicios de carsharing se basan esencialmente en el uso de webs específicas, así como apps destinadas a su uso mediante tecnología móvil, permitiendo una contratación veloz y eficiente.

El carsharing tiene una filosofía eminentemente urbana, convirtiéndose en muy poco tiempo en una alternativa viable al coche privado para moverse por la ciudad con ciertas ventajas. Además, su inclusión como una de las principales estrategias para fomentar la movilidad eficiente en las ciudades, reduciendo el número de vehículos en circulación y contribuyendo a disminuir la contaminación, presagia un incremento y consolidación futura del modelo.

El propio sistema de carsharing cuenta con dos modalidades diferentes, partiendo de un modelo tradicional en el que el vehículo de la flota de una empresa determinada se recoge en una base concreta y se devuelve en ese mismo punto. El otro modelo se basa en mayor flexibilidad, al permitir coger y devolver el vehículo en cualquier punto de la ciudad, utilizándolo en un trayecto único y recurrir a bases fijas de alquiler. En esta opción cobran aún más importancia las apps móviles, sin necesidad de realizar reservas y pudiendo utilizarse en cualquier momento, lugar o tiempo que sea preciso, aparcando una vez terminado el viaje en cualquier lugar legal, en la zona establecida.

El éxito que está alcanzando la fórmula de carsharing se explica por las ventajas asociadas a su utilización, tanto a nivel individual como social. Para un simple usuario o empresa, el carsharing puede aportar una serie de beneficios:

  • Si una persona encuentra viable sustituir la posesión del vehículo privado por esta fórmula, los gastos y complicaciones que se puede ahorrar son considerables. Entre esos ahorros, el propio precio de un vehículo determinado, que envejece rápido, mientras que el carsharing permite disponer siempre de un coche nuevo. También nos permite olvidarnos de seguros, impuestos, mantenimiento, ITV y posibles averías.
  • Las empresas encuentran en la flexibilidad aportada por el carsharing un sustituto ideal a propuestas de renting o leasing, ya que les permite liberarse de contratos de larga duración y no sufren depreciación de bienes contratados. Al mismo tiempo, las empresas de carsharing les ofrecen la posibilidad de mantener absoluto control sobre el verdadero usuario del coche, el tiempo y los kilómetros invertidos.

A nivel global se habla también de beneficios conjuntos para la sociedad, asociados a la implantación del modelo de carsharing:

  • La utilización de vehículos más modernos y preparados que los habitualmente envejecidos coches de propiedad particular supone bajas emisiones contaminantes, redundando en beneficios para el medioambiente. Puede suponer la reducción del número de vehículos circulando, aliviando inevitables atascos y propiciando menor consumo de combustible.

Aunque vista la situación actual y las proyecciones de futuro del carsharing parezca difícil encontrarle pegas o complicaciones, aún existen algunos aspectos negativos que pueden obstaculizar una implantación definitiva del sistema:

  • En los casos en los que es necesario entregar el vehículo en el mismo punto donde fue recogido, la distribución de la flota cobra vital importancia y esa circunstancia puede reducir notablemente la movilidad.
  • Por mucho que las empresas traten de agilizar el proceso y las páginas webs y apps sean muy útiles para acelerarlo, lo cierto es que el sistema no goza de la misma inmediatez que el sistema de alquiler de bicicletas.
  • En los precios que se manejan en la actualidad en carsharing, no hay una percepción muy extendida de que resulte más económico que utilizar otras formas de transporte, incluido el vehículo privado.
  • El arraigo al coche privado es tan poderoso en nuestra sociedad que hace falta un gran esfuerzo por parte de ciudadanos y administraciones para cambiar esa mentalidad.
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